Las etapas psicosociales del desarrollo. IV Parte
- Edith Rodrìguez Mahecha
- 22 may 2019
- 4 Min. de lectura

Identidad del yo contra confusión de roles: fidelidad
Para Freud, las características principales de la etapa genital eran lieben und arbeiten, "amar y trabajar". Erikson estaba de acuerdo con la importancia de estos logros, pero él dividió además la etapa final propuesta por Freud en cuatro subetapas para enfatizar la cuestión de que "la genitalidad no es un objetivo que deba ser perseguido en forma aislada". Al hacerlo asì, Erikson enriqueció de manera amplia el entendimiento de la adolescencia y los años de la edad adulta. La dualidad primaria durante la adolescencia (doce a dieciocho años de edad) es la identidad del yo contra la confusión de roles. El proceso de formar una identidad del yo requiere que el individuo compare cómo se percibe a sì mismo con cuán significativo, al parecer los demás esperan que él sea. " La identidad del yo, entonces, en su aspecto subjetivo, es la conciencia del hecho de que hay una autoigualdad y continuidad para los métodos sintetizadores del yo y una continuidad de lo que significamos para los demás". La identidad del yo da por resultado un sentido de individualidad coherente que nos permite resolver nuestros conflictos en forma adaptativa. Los adolescentes deben responder la pregunta "¿Quién soy yo? de manera satisfactoria. Si fallan en esto sufrirán confusión de roles.
Erikson sugirió que la adolescencia es un periodo crucial en particular. Junto con el crecimiento y los cambios físicos rápidos, ocurren nuevos desafíos psicológicos. Las continuidades previas son cuestionadas conforme los jóvenes comienzan a reconectar los roles y habilidades que han desarrollado en un sentido màs maduro de identidad. Esta integración es màs que la suma total de los logros previos. Erikson a menudo hablaba de la adolescencia como una moratoria entre la infancia y la edad adulta y consideraba a esta moratoria importante, en particular en una sociedad compleja. El mayor peligro en esta etapa es la confusión de roles, la incapacidad del adolescente para concebirse como un miembro productivo de su sociedad. Erikson declarò que "una identidad del yo sana es la única salvaguarda contar la anarquía de los impulsos al igual que contra la autocracia de la conciencia". La confusión de roles con frecuencia surge de la dificultad del adolescente para hallar una identidad ocupacional, pero también puede expresar una incapacidad general para encontrar un lugar significativo en su cultura. El desarrollo de una identidad positiva depende del apoyo de grupos significativos. El adolescente no puede encontrar un papel adulto significativo corre el riesgo de una crisis de identidad, una falla transitoria en el establecimiento de una identidad estable. Algunos jóvenes pueden retirarse de la corriente principal de la sociedad por un periodo breve, como lo hizo el mismo Erikson. Otros pueden adoptar una identidad negativa, que es opuesta a los valores dominantes de su educación. Donde el apoyo no ha sido recibido y el ambiente no es favorable para el desarrollo de los recursos internos, una identidad negativa puede proporcionar al adolescente la única forma de demostrar dominio y libertad de elección en la cultura. La identificación negativa puede dar por resultado consecuencias desafortunadas - patología social, crimen o expresiones de prejuicio - sin embargo, Erikson deseaba que reconociéramos que estos desarrollos son un testimonio importante de la disposición de adolescente para el involucramiento ideológico. Es de vital importancia que una sociedad presente a sus jóvenes ideales que puedan compartir con entusiasmo. La ausencia notable de un sentido de promesa en cualquier sociedad ,debido a condiciones económicas, tendencias populares, desempleo elevado u otros problemas que frustran las aspiraciones ocupacionales de los jóvenes, significa que aquellos adolescentes tendrán una época difícil en el establecimiento de una identidad del yo clara y positiva.
La fidelidad es la virtud o fuera del yo desarrollado en estos tiempos; el adolescente està listo para aprender a ser fiel a un punto de vista ideológica. La fidelidad consiste en "la capacidad para sostener lealtades juradas con libertad a pesar de las contradicciones inevitables de los sistemas de valores". Sin fidelidad la persona joven tendrá un yo débil y sufrirá de una "confusión de valores" o buscarà un grupo desviado para serle leal.
Intimidad contra aislamiento: amor
Los primeros años de la edad adulta (dieciocho a veinticuatro años de edad) están marcados por la dualidad emocional de intimidad contra aislamiento. La intimidad se refiere a la capacidad para desarrollar una relación cercana y significativa con otra persona. Erikson aplicó aquí la máxima de Freud "amar y trabajar" como la orientación modelo. El aislamiento implica la autoabsorción y una incapacidad para desarrollar relaciones que impliquen un compromiso profundo. Habiendo crecido màs allá de los comienzos del establecimiento de una identidad el adulto joven es capa de vencer el temor de la pérdida de yo y formar una afiliación íntima con otro individuo. La tarea de la edad adulta joven es acoplar la genitalidad con la productividad general en el trabajo. Es claro que la genitalidad es una definición inadecuada de la salud. Por otra parte, la dedicación al trabajo por parte de un individuo no debe ser tal que pierda la capacidad de amar. Por tanto, es en este punto donde surge la virtud del amor como una fuerza del yo. Esto no significa negar la participación de amor en las etapas previas, sino que en la edad adulta joven el individuo es capaz de transformar el amor recibido en la infancia y comenzar a cuidar a otros. El amor además representa una devoción mutua que es capaz de vencer el antagonismo natural involucrado en cualquier relación entre los sexos. Erikson reconoció que hay funciones diferentes de los sexos, en particular con respecto a la procreación; sin embargo, las capacidades del yo maduro pueden trascender esas funciones de modo que el hombre y la mujer cooperen.
Comments