ESPACIO PERSONAL
- Edith Rodrìguez Mahecha
- 28 ene 2019
- 7 Min. de lectura

Todas las mujeres, en algún momento de nuestra vida, hemos vivido situaciones incómodas, por la molesta invasión de nuestro espacio personal. Cuando llegamos a la adolescencia, percibimos que ya no somos tan prácticas, ni tan desenvueltas ante la presencia de nuestra familia, nuestros amigos o nuestra pareja potencial y sobre todo, cuando personas a las que llamamos conocidos o desconocidos, intentan acercarse y saber más sobre nosotros. Cuántas veces hemos sentido esa presencia abrupta, cuando nos encontramos desprevenidas y descuidamos nuestro espacio vital, por estar pendientes de asuntos en nuestra vida diaria; creo que si saliera a la calle, a preguntarle a las mujeres, sobre cuantas experiencias han tenido sobre el tema, seguramente recolectaría muchas anécdotas interesantes y otras desagradables. A simple vista pensaríamos que no deberíamos prestarle tanta atención, ni darle tanta importancia al asunto, pero en mi caso particular les diría que es de las cosas más importantes y necesarias para el bienestar y la salud mental de todos los seres humanos. En mi memoria y archivo personal tengo miles de recuerdos de personas que no entendieron que en su momento debieron tener presente mi aprobación o mi opinión, bastaba una simple llamada, un pequeño mensaje, una palabra amable o que se yo, que me dejara en paz, o cualquier muestra o gesto de cortesía que me indicara aprecio, respeto, pero aún más allá, que lee entre lineas el lenguaje no verbal, no el literal, no eso no, el lenguaje real, que estaba tratando de enviar a ese interlocutor, pero que muchas veces ignoró o malentendió. En el aspecto laboral, el espacio personal es necesario para desempeñarnos adecuadamente, sin presiones, sin angustias. Cuando tenemos compañeros de trabajo que son imprudentes y abusivos, nos pueden enfermar, obstaculizar las funciones y por lo tanto, dañar los resultados que queremos obtener al final de la jornada y ni hablar si somos acosados por un mal jefe, esa persona que se supone que nos tiene que apoyar, animar y motivar todos los días, la presión se hace inaguantable, el estrés puede aparecer, causarnos accidentes, perdidas de peso, errores o equivocaciones que se podían evitar, si tan solo hubiéramos tenido un ambiente sano de trabajo.
En el aspecto personal, es igual, todos necesitamos privacidad, tranquilidad para asumir nuestras responsabilidades y poder tomar decisiones acertadas, pero que pasa si tenemos unos padres o una familia donde todo el tiempo quieren visitarnos sin avisar, sin contar con nuestra aprobación, que quieren opinar sobre todo lo que hacemos, o criticar lo que no hacemos según como ellos quieren, o peor aún, tomar decisiones por nosotros porque les parece que es lo mejor, empezamos a desconfiar de nosotros mismos, nos volvemos inseguros, tímidos, nos sentimos invadidos al punto de perder el control de nuestra propia vida y finalmente decidimos evitarlos para no tener conflictos con ellos. Otro ejemplo también, es cuando nuestros amigos se vuelven nuestros confidentes, y les permitimos entrar en nuestra vida, nuestra casa, compartir historias, compartir vivencias para que nos den un consejo, una opinión que nos haga más fácil los momentos complicados que se nos presentan y estos abusan de nuestra confianza y terminan enredando nuestras relaciones más cercanas, con chismes, con comentarios mal intencionados, traicionando la amistad que le brindamos sinceramente, el daño que causan es enorme, todo los asuntos que les confiamos terminan en boca de un montón de desconocidos y no bastándoles eso, regresan a nuestra vida como si nada hubiera pasado, porque quieren saber más sobre nosotros para ir a contarlo a otro lado, nos volvemos desconfiados, malhumorados, nos da angustia, delirio de persecución, y queremos evitar socializar de nuevo. Y si hablamos del aspecto sentimental, las cosas no pintan mejor, de repente nos topamos con alguien o llega a casa a visitarnos, a entablar una conversación y solo le respondemos por amabilidad con una sonrisa, le aceptamos una invitación solo por cortesía, o intentamos ser agradables para no pasar por odiosas y sin querer enviamos una señal equivocada de que nos gusta, de que queremos que nos siga visitando y llenando de invitaciones o mensajes desagradables o inadecuados cuando en el fondo lo único que queríamos era ser corteses, ¿cuantos hombres van por la vida pensando que nos gustan y que pueden acercarse y hacer comentarios o dar opiniones que no les hemos pedido, solo porque los saludamos?, creyendo en el fondo que pueden invadir nuestro espacio personal supuestamente porque se lo permitimos en algún momento, o existen parejas que tienen la errada creencia que pueden controlar todo lo que hacemos, tomar las decisiones solo, cuando se supone que es entre dos personas, cuando no nos permite desarrollarnos en un espacio vital sin sentirnos observados o perseguidos, cualquier persona se termina desesperando con una pareja así y aprovecha cualquier espacio para escapar de semejante control.
Invadir el espacio vital es desacertado si el objetivo es llamar la atención, es inadecuado si lo que quiere en el fondo es coquetear un rato, es inoportuno si quiere acercarse a entablar una conversación trivial, es dañino si lo que pretende es que su pareja no lo deje, es deshonesto si en el fondo sabe que está siendo desleal a sus amigos, así que siempre se debe tener presente el "lenguaje no verbal" de su interlocutor, recuerde, "la amabilidad, la cortesía y la urbanidad de carreño no pasan de moda y nunca sobran en las relaciones humanas, pero, si las utilizó y sin embargo la respuesta fue contraria a lo que esperaba: porque la persona fue descortés, nada amable y malintencionada, entonces tenga su conciencia tranquila, usted hizo las cosas bien". A continuación voy a dejar algunas pautas para que entiendan y aprendan un poco más sobre este tema y lo puedan aplicar a su vida.
Actitudes hacia el espacio personal
El estudio de la distancia entre personas durante la comunicación es llamada proxemia. Una comprensión efectiva de ella es una ventaja si quiere mejorar sus habilidades comunicativas sexuales no verbales. Su actitud hacia su espacio personal, depende de la cultura de la cual su familia procede. La cultura es como el agua para el pez, estamos inmersos en ella. Algunas familias son cercanas y afectivas y se aprietan contentos en un sofá para ver televisión. Otras son lejanas y frías; nunca se abrazan o acarician. Nuestras reacciones básicas hacia la intimidad se construyen según los modelos vividos en la infancia. ¿Es usted hijo único? Si lo es, entonces probablemente sea más egoísta con su espacio personal y permitir que se acerquen parejas potenciales es algo que tiene que trabajar.
¿Extrovertido o introvertido?
Los extrovertidos tienden a permitir que la gente se acerque físicamente sin sentirse incómodos. Los tímidos introvertidos por lo general quieren mantener a los otros a una buena distancia y, en últimas, y de manera ideal, mantener a las personas lo suficientemente lejos como para poder tener un ojo vigilante sobre ellas. Los extrovertidos tienden a buscar la compañía de los otros y disfrutan de la proximidad física que el compañerismo suele ofrecer; su inclinación es acercarse. Si un extrovertido se siente atraído por un introvertido, una danza absurda e inconsciente puede sucederse: cada vez que el extrovertido se acerca al espacio del introvertido este último da un paso atrás. El extrovertido puede, tal vez, interpretar esto como un "acércate" y dar otro paso al frente, el introvertido entonces se retirará aún más, y así pueden continuar.

"Cada persona tiene una burbuja invisible de espacio personal a su alrededor. En situaciones sociales estamos especialmente alerta a la invasión de ese espacio por parte de otros y con frecuencia respondemos a los avances con posturas defensivas muy sutiles como cruzar nuestros brazos al frente"
¿Qué tan táctil es usted?
¿Es usted quien abraza a los amigos cercanos y parientes o era normal en su familia no tocar a sus padres?
¿Para usted es fácil tocar a los otros o es algo que lo angustia? ¿Le gusta enviar y recibir masajes, o salta si alguien lo toca? ¿teme la cercanía de un primer baile y trata de transformarlo rápidamente si tiene la oportunidad? ¿que tan sensible es usted cuando otros lo tocan? Si está de pie en un tren lleno, apretado contra otras cuatro o cinco personas ¿es usted consciente de qué partes del cuerpo están en contacto o no se percata del contacto físico? Su nivel de tolerancia táctil o disfrute de los afectos influye en cuánto se excita usted cuando otros se acercan.
Espacio social, personal e íntimo
Su cerebro tiene varias respuestas emocionales al despertar metabólico. Si usted siente miedo, ira o placer en una multitud está influenciado por lo siguiente:
* Las circunstancias de la interacción.
* El sexo de la multitud que le rodea.
* Su edad.
* Su personalidad.
* Donde vive y la cultura en la que creció.
*Qué tan íntima es su relación con las otras personas.
Las personas bienvenidas en nuestro espacio íntimo son aquellas con las que tenemos vínculos estrechos. Permitir a alguien acercarse lo suficiente para tocar cualquier parte de nuestro cuerpo con cualquier parte del suyo, requiere un alto grado de confianza. Los citadinos por lo general son mejores compartiendo su espacio físico que aquellos que viven en el campo: una persona del campo percibe de inmediato la proximidad de otro, como grosera o amenazante. Sea respetuoso de la necesidad de las personas de un espacio personal. Si dan un paso atrás cuando usted se acerca no quiere decir automáticamente que no se sienten atraídas por usted; simplemente necesitan más espacio para sentirse cómodas, de otra manera su necesidad por aferrarse a sus propias reglas sobre el espacio personal va a anular la atracción que pueda estar sintiendo.
Juegos de poder

"Evite los juegos de dominio y poder. Los hombres explotan a menudo la ventaja que les ofrece su estatura para insinuar poder o estatus. Mientras que los hombres altos y con alto rango social pueden ser considerados atractivos, se crea una mala impresión si se sugiere un interés por dominar y controlar. No es aconsejable entrar en el espacio personal de alguien desde una posición de poder."
Si un hombre está sentado en un escritorio de manera inconsciente va a sentirse agredido o retado si una mujer entra en su espacio personal y permanece de pie. Si una mujer está al teléfono y un hombre invade su territorio, con su maletín, una taza de café o un documento en su escritorio, no producirá ningún tipo de sentimiento de atracción. Lo mismo si se inclina sobre su escritorio o se sienta sobre éste. Pero si el hombre indica con sus manos o con la expresión facial que le gustaría acercarse y el permiso le es concedido con un gesto o una sonrisa, sentimientos de atracción cubiertos o abiertos van a sentirse en el aire.
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