EL PRINCIPIO DE MENTALISMO
- Edith Rodrìguez Mahecha
- 25 oct 2018
- 2 Min. de lectura

No se está jamás consciente de las ideas que llenan nuestra mente. Ellas se van formando de acuerdo con lo que nos enseñan, o lo que oímos decir. Como casi todo el mundo está ignorante de las leyes que gobiernan la vida, leyes llamadas "de la creación" , casi todos pasamos nuestra vida fabricándonos condiciones contrarias; viendo tomarse malo todo aquello que prometía ser tan bueno; tanteando como quien dice, a ciegas, sin brújula, timón ni compás; achacándole nuestros males a la vida misma, y aprendiendo a fuerza de golpes y porrazos; o atribuyéndoselos a "la voluntad de Dios" . El Ser humano no es lo que te han hecho creer. Su ida su mundo, sus circunstancias, todo lo que él es, todo lo que le ocurre son creaciones de él mismo y de nadie más. Nacer con el libre albedrío significa haber sido creado con el derecho individual de escoger, el pensar positiva o negativamente. Pesimista u optimista. Pensando lo feo y lo malo o pensando lo bueno y lo bello en lo exterior o interior. La Metafísica siempre ha enseñado que lo que pensamos a menudo pasa al subconsciente y se establece allí, actuando cómo reflejo. La psicología moderna, al fin lo ha "descubierto".
Cuando el ser humano se ve envuelto en los efectos de su ignorancia, o sea que se ha producido él mismo una calamidad, se vuelve hacia Dios le suplica que lo libre del sufrimiento. El hombre ve que Dios le atiende a veces, y que otras veces, inexplicablemente, no atiende. Es decir que sin que nos demos cuenta clara de ello, le estamos atribuyendo a Dios una naturaleza de magnate caprichoso, vengativo, lleno de mala voluntad, pendiente de nuestra menor infracción para atestarnos castigos fuera de toda proporción. Es natural pensar así cuando nacimos, vivimos ignorando las reglas y las leyes básicas de la vida. Las calamidades las producimos con el pensamiento. En esto es que somos "imagen y semejanza" del creador, somos creadores. Los creadores, cada cuál, de su propia manifestación. Ahora, ¿por qué es que Dios parece atender a veces, y otras no? Ya verás. La oración es el pensamiento más puro y más alto que se puede pensar. Es polarizar la mente en el grado más altamente positivo. Son vibraciones de luz que lanzamos cuando oramos, o sea, cuando pensamos en Dios. Esas vibraciones tienen que transformar instantáneamente, en perfecto y bello, todas las condiciones oscuras que nos rodean, como cuando se lleva una lámpara a una habitación que esté en tinieblas. Siempre que el que esté orando piense y crea que ese Dios a quien le pide es un padre amoroso que desea dar todo lo bueno a su hijo. En ese caso, Dios siempre "atiende" . Ahora no vuelvas a olvidar jamás que la voluntad de Dios para ti es el bien, la salud, la paz, la felicidad, el bienestar, todo lo bueno que él ha creado. "LO QUE PIENSAS SE MANIFIESTA, DE MANERA QUE APRENDE A PENSAR CORRECTAMENTE Y CON LA LEY PARA QUE SE MANIFIESTE TODO LO BUENO QUE DIOS QUIERE PARA TI".
Comments